En la esquina de la plaza Nova con la calle dels Boters, desde el año 1563, los vecinos del barrio de la Catedral de Barcelona, antigua Vilanova dels Arcs, veneraban la imagen de Sant Roc. En 1589, año en que la peste bubónica asoló terriblemente el país, el vecindario constituyó la Confraria de Sant Roch de la Plassa Nova. La Confraria celebraba el santo participando en la procesión del Consell Cent y con oficios, luminarias y conciertos en la plaza. Así empezaban unas fiestas que, con todo tipo de dificultades, llegarán hasta nuestros días.
El cortejo del Consell de Cent en la iglesia de Santa Eulàlia del Camp duraría hasta el 1650, cuando, con motivo de la Guerra dels Segadors, Barcelona estaba bajo asedio y Santa Eulàlia del Camp fue destruida. El año 1653 se retoma el cortejo votivo del Consell barcelonés, ahora en la nueva capilla de Sant Roc situada en el Portal Nou, con la participación del Capítol Catedralici y la Confraria de la Plaça Nova. Tres años antes, el vecindario de la plaza había instalado la hornacina del santo en la torre de l'Ardiaca.
Durante el asedio de 1714 se destruye la capilla de Sant Roc del Portal Nou. En 1715 el nuevo consistorio borbónico renueva el voto de ciudad con el cortejo en el convento de Santa Anna. La Confraria de la plaza Nova, sin embargo, haría su séquito en la capilla de la Mare de Déu de la Penya, en la Catedral. Mientras tanto, en la plaza Nova, desde el año 1690, con el nuevo puente entre las dos torres, dedicado a Nostra Senyora de la Gràcia y con una nueva imagen de Sant Roc, las fiestas crecen con adornos, luminarias, conciertos de ministriles , juegos y oficio solemne. De aquella época conservamos algunas partituras de músicas y goigs de Sant Roc.